UNA PEQUEÑA ILUSIÓN
Era un hombre muy sincero, serio, sentimental, cariñoso y atento;: él no era un hombre obsesivo, era muy especial. Alguien luchador y agradecido por ser afortunado.
En la noche del 17 de septiembre, salió a dar un paseo y en un recorrido se dió cuenta de unas imágenes completamente hermosas que habían en un museo, las cuales lo ponen a recordar que hace mucho tiempo una chica que tocó su corazón, tenía unos rasgos parecidos y así empezó a soñar despierto.
Él imaginaba que al día siguiente, se encontraría con dicha chica y él le recordaba lo bella que era; aunque sabía que ella era un poco seca, luchaba por halagarla, a lo que ella respondió alegre hasta poder caer en sus brazos; en ese instante él la llevaba de la mano y pasaban un bello momento.
Pocos minutos después, ellos se encontraban en un restaurante donde los atendía un pequeño duende un poco extraño, los dos sorprendidos sonríen y disfrutan la velada; automáticamente se vuelve de noche y el muchacho a punto de besar a la chica, llega un celador y lo aparta de su maravilloso sueño, haciéndolo volver otra vez a la realidad y le pide cordialmente que salga del museo.
Él salió de allí contento por su visión y al ir caminando, vió que pasaba una estrella fugaz y a los pocos instantes como por arte de magia, vió a la chica y descubrió que aquel día no sólo saldría a recordar sino una vez más, a ver si sus sueños se hacen realidad.
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